Me gusta cuando me acercan una pipa con cierta historia..."la pipa perteneció a mi...o era de mi", uno siente cierta presión en devolver a la vida no una pipa, sino un recuerdo de lo que la misma significa para quien la trae.
En este caso debo agradecer a la familia CASALS, por permitirme restaurar esta pipa (de mediados del siglo pasado) que perteneció al abuelo Eduardo (CATALÁN como toda persona de bien según su nieto...) al cuál supieron traerselá desde Europa hace ya casi un siglo.
Ojalá que la misma valla a ocupar algún buen lugar entre los recuerdos más sentidos de la nombrada familia, a la cuál (mediante el amigo Martin) agradezco hayan depositado en mí la confianza para este trabajo...